Para que los adoradores de Pluto puedan llegar al cuarto círculo del infierno, una corte inmensa de víctimas sufrirán el terrible infierno donde ellos gobiernan.
Pocas cosas han cambiado desde el principio de los tiempos.
Fotografía: Dorothea Lange
Fotografía de Daniel Etter
Routers/ Alkis Constantinidis
«¡Pape Satán, pape Satán aleppe!»
grita Pluto con voz estropajosa;
y el grande sabio, sin que en voz discrepe,
me conforta diciendo: «No medrosa
tu alma se turbe, porque no le es dado
impedir que desciendas a esta fosa.»
Y al demonio feroz de labio hinchado,
le grita: «Calla, lobo maldecido,
y devora tu rabia, atragantado.
La Divina Comedia: Dante Alighieri